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Herpes: reaccionar de forma aguda y actuar de forma preventiva
El herpes es una enfermedad infecciosa muy extendida. Los virus del herpes están permanentemente presentes en la persona infectada y suelen notarse en el labio. Es aquí donde el herpes suele brotar en forma de ampollas rojas y dolorosas. En la mayoría de los casos, el herpes se hace notar cuando no es nada conveniente, por ejemplo durante periodos de mucho estrés y tensión psicológica. Dependiendo de la persona, el herpes agudo puede aparecer con más frecuencia o muy raramente. El herpes puede aparecer en casi cualquier parte del cuerpo, no sólo en la cara, sino también en las manos, los pies y la zona genital.
3 datos sobre el herpes
¿Sabías que...
... algunas personas son portadoras del virus del herpes y, sin embargo, nunca tienen una erupción visible durante el resto de su vida.
... el estrés psicológico puede desencadenar el herpes
... la primera infección por el virus del herpes suele producirse a la edad de 5 años
¿Qué ocurre con el herpes?
La primera infección por herpes puede ser completamente asintomática. Sin embargo, la primera infección suele ser la de curso más grave. Antes de que se formen las ampollas rojas, la persona infectada ya puede sentir los primeros síntomas. Una sensación de hormigueo, picor o quemazón, así como una desagradable sensación de tirantez en la zona afectada, pueden ser precursores del herpes. A veces, la primera infección va acompañada de fiebre, dolores de cabeza y malestar general. El sistema inmunitario se ve sobrecargado por los virus, lo que también puede notarse en la inflamación de los ganglios linfáticos.
Normalmente, ante los primeros síntomas aparecen ampollas rojas llenas de líquido. Las ampollas revientan al cabo de unos días y pueden ser dolorosas. Forman una costra y dejan una úlcera poco profunda, que se cura en unas dos o tres semanas.
¿Cómo se produce la infección por herpes?
La infección por herpes suele transmitirse a través de la saliva, la orina, las heces o las lesiones cutáneas.
El líquido de las ampollas del herpes es especialmente infeccioso. Por lo tanto, no debe tocarse directamente y las ampollas no deben abrirse deliberadamente. El riesgo de infección ya es menor cuando las ampollas están enquistadas, pero incluso entonces sigue existiendo un riesgo agudo de infección. Todos los síntomas externos deberían haber remitido al cabo de dos o tres semanas. El riesgo de infección por contacto ya ha pasado. Si el virus está latente, la infección no es posible.
El contacto directo con el herpes, especialmente con el líquido, es el mayor riesgo de infección. Los besos, los abrazos e incluso compartir vasos pueden provocar la infección si se tiene un herpes activo. El virus también puede transmitirse al estornudar y toser.
En el caso del herpes genital, también basta con tocar el herpes. Por lo tanto, un preservativo no es protección suficiente, ya que es posible que no se cubra toda la zona afectada y que entre en contacto directo con la piel del sarpullido a pesar del uso del preservativo.
¿Qué favorece un brote de herpes?
Tras la primera aparición del herpes, puede reaparecer con frecuencia o muy raramente. Los factores desencadenantes del herpes suelen estar asociados a un sistema inmunitario debilitado. Un resfriado u otras enfermedades infecciosas suelen desencadenar los virus. Sin embargo, el estrés mental y físico o dormir y relajarse demasiado poco también suponen una carga para el organismo y pueden provocar una erupción herpética.
También hay que cuidar bien los labios y protegerlos de la exposición excesiva al sol. Un bálsamo labial con factor de protección frente a los rayos UV cuida y protege los labios al mismo tiempo, minimizando así la irritación de los nervios y la piel.
Los cambios hormonales, como la menstruación o el embarazo, también pueden activar los virus del herpes.
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